domingo, 18 de abril de 2010

Buscando a Madam Tetracrómata


BUSCANDO A MADAM TETRACRÓMATA. ¿ESTAN LAS HEMBRAS MUTANTES ENTRE NOSOTROS?

Oh, todo el mundo sabe que mi visión de los colores es diferente", parlotea la Señora M., una trabajadora social Inglesa de 57 años de edad. "La gente puede decir que los colores de ciertas cosas combinan bien, pero yo puedo ver que no es así". ¿Que no daríamos por ver el mundo a través de sus ojos, de un azul profundo, aunque fuera solo por cinco minutos?Las evidencias preliminares, recogidas en la Universidad de Cambridge en 1993, sugieren que esta mujer es tetracrómata, tal vez el caso de mutante humano mas extraordinario que se conoce. La mayoría tenemos una visión del color basada en tres canales; un tetracrómata tiene cuatro.Las posibilidades teóricas de este secreto femenino (la genética dicta que los tetracrómatas serían siempre hembras) ha intrigado a los científicos desde que se abordó su estudio en 1948.
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Ahora dos científicos, trabajando independientemente, planean una búsqueda sistemática de tetracrómatas para determinar, de una vez por todas, si existen y si pueden ver más colores que los que la mayoría vemos. Los científicos están recopilando hallazgos recientes y profundizando en la biología de la visión de los colores.Los avances llegan justo a tiempo. "Los ordenadores, monitores en color e Internet han conseguido que la ceguera a los colores tenga mucha mas trascendencia que antes", declara Jay Neitz, un biólogo molecular que estudia la visión del color en la Facultad de Medicina de Milwaukee (Wiscosin, EE.UU). Los individuos con ceguera al color, explica, a menudo se desorientan mientras navegan por Internet, que usa gran cantidad de códigos y pistas basadas en el color. "Los ciegos al color se quejan continuamente de Internet porque no pueden seguir el código de colores", dice el Dr. Neitz.

Para comprobarlo, basta intentar navegar con un monitor monocromo.La mayoría de la gente es tricrómata, con retinas con tres tipos de sensores del color o fotopigmentos de los conos (los conos son las células de la retina responsables de la visión cromática) para el rojo, verde y azul. El 8% de los hombres ciegos para el color tienen típicamente el fotopigmento para el azul pero carecen de uno de los otros dos tipos, o tienen dos versiones ligeramente distintas de fotopigmento para rojo o para verde. Un tetracrómata tendría un cuarto fotopigmento, para un color entre el rojo y el verde.
Pero además del interés filosófico en aprender algo nuevo sobre la percepción, el cerebro y la evolución de nuestra especie, encontrar un tetracrómata también ofrecería una recompensa práctica. Probaría que el sistema nervioso humano puede adaptarse a nuevas capacidades. La flexibilidad tiene gran importancia en algunas de las aplicaciones que se presuponen para la terapia genética. Por ejemplo, si alguien con cuatro tipos de fotopigmentos para el color no puede ver mas colores que los otros, esto implicaría que el sistema nervioso no puede beneficiarse mucho de las intervenciones con terapias genéticas. Desde hace años, los científicos vienen sabiendo que una proporción de mujeres tienen cuatro fotopigmentos en los conos de las retinas. Sin embargo, la cuestión todavía esta abierta sobre si alguna de estas mujeres cuenta con la circuitería neuronal que les permitiese disfrutar de una experiencia visual diferente, seguramente mas rica, que la del común de los mortales. "Si pudiésemos identificar a estos tetracrómatas, esto hablaría directamente de la habilidad del cerebro para reorganizarse de forma autónoma, para aprovechar nuevos estímulos", declara el Dr. Neitz. "Nos haría mucho mas optimistas a la hora de diseñar terapias genéticas contra la ceguera al color."Ha habido muy pocos intentos para encontrar a Madam Tetracrómata. El que resultó en el descubrimiento de la Señora M. en Inglaterra, en 1993, fue dirigido por Gabriele Jordan, en aquel entonces en la Universidad de Cambridge y ahora en la de Newcastle. Gabriele examinó la percepción del color de 14 mujeres, cada una de las cuales tenía al menos un hijo con un tipo especifico de ceguera al color. Examinó a esas mujeres porque la genética dicta que las madres de hijos con ceguera al color pueden tener anomalías genéticas propias. Entre ese grupo peculiar de mujeres, podría esperarse encontrar esa rara tetracrómata.Es casi como si el "supersentido" del que gozan estas mujeres viene a costa de los hombres de sus familias. "Siento mucho haber robado a mi hijo uno de sus canales de color", dice la Sra. M.".La Dra. Jordan declara que de los 14 sujetos de examen de su análisis, dos de ellos mostraban "exactamente" el tipo de comportamiento que sería de esperar de un tetracrómata. "Era una evidencia muy fuerte a favor de la tetracromatia", añade. Las tetracrómatas aparentes fueron la Sra. M, identificada en el estudio como cDA1, y otra candidata designada cDA7.La Dra. Jordan diseñó un experimento en el que los sujetos debían determinar si un par de colores de luz se correspondían. Usaban joysticks para mezclar dos longitudes de onda distintas, según su voluntad. Los colores resultantes quedaban fuera del espectro del fotoreceptor azul, de modo que los tricrómatas normales solo podrían usar sus fotorreceptores rojo y verde. Una vez obtenido un color, los sujetos debían intentar reproducirlo mezclando otras dos longitudes de onda. Puesto que las tetracrómatas solo podían usar dos receptores, encontraron una amplia gama de mezclas que resultaban en un color igual.Sin embargo, cualquier tetracrómata debería haber sido capaz de usar tres receptores en este espacio de colores, dando un color único y preciso como respuesta. En el experimento, cDA1 y cDA7 se comportaron básicamente como lo haría un tetracrómata.Tanto el Dr. Neitz como la Dra. Jordan planean una búsqueda mas definitiva de tetracrómatas. Neitz pretende obtener beneficios de una mejor comprensión de la genética subyacente a la visión del color. El suyo será el primer experimento que use técnicas genéticas para identificar a mujeres con cuatro tipos de fotopigmentos distintos.¿Que es lo que buscará?. Comencemos por los conceptos elementales. Los genes para los fotopigmentos rojo y verde están adyacentes entre sí en el cromosoma X; curiosamente, el del fotopigmento azul esta separado y lejos, en otro cromosoma. Las mujeres, evidentemente, tienen dos cromosomas X y por lo tanto dos juegos de genes de los fotopigmentos rojo y verde. Los hombres solo tienen un X, y por ello solo una oportunidad a la hora de tener copias buenas del rojo y el verde.Desafortunadamente para el hombre, sucede que estos genes son propensos a un tipo de mutación que sucede cuando se forman los óvulos en el embrión femenino. Cuando se crean los óvulos, los cromosomas X de los abuelos maternos se entrecruzan entre si, en lugares al azar, para formar el nuevo cromosoma X del óvulo. Como los genes de los fotopigmentos rojo y verde están adyacentes, algunas veces estos genes se entremezclan. Esto es perfectamente normal. Pero de vez en cuando, la mezcla sucede de modo desequilibrado, y el resultado puede ser, treinta años después, un hombre que tenga que preguntar a su mujer por los colores de la ropa con la que se viste.Un entrecruzamiento desequilibrado puede tener tres resultados: (1) El óvulo del embrión tiene un cromosoma X al que le falta uno de los genes para el fotoreceptor rojo o verde; (2) el cromosoma X tiene dos genes para el fotopigmento rojo ligeramente distintos entre sí; (3) tiene dos genes distintos para el verde. En cualquiera de los casos, si ese óvulo es fecundado y resulta ser un macho, el hombre que reciba el cromosoma X será ciego al color.Aquí es donde se pone mas interesante. Supongamos que una mujer hereda un cromosoma X con dos versiones ligeramente distintas del gen para el fotopigmento verde. Y que su otro cromosoma X tiene la dotación normal para el rojo y el verde. A causa de un fenómeno biológico bien conocido, llamado "inactivación-X" (que causa que algunas células dependan de un cromosoma X y otras células del otro), las retinas de esa mujer tendrían cuatro tipos de fotopigmentos: azul, rojo, verde, y la versión ligeramente virada del verde. Seria posible, de modo análogo, producir azul, verde, rojo y rojo virado. Puesto que la inactivación-X solo es posible en mujeres, probablemente es imposible la tetracromía en hombres.La tetracromía verdadera requeriría algunas características adicionales además de las retinas con cuatro fotopigmentos distintos. Por ejemplo, deberían existir cuatro canales neuronales que condujesen los impulsos de los cuatro receptores al cerebro, y el cortex visual del cerebro debería ser capaz de procesar este sistema de cuatro canales. Si una mujer naciese con cuatro tipos de fotopigmento, ¿se cablearía su cerebro adecuadamente para aprovecharse de los cuatro?. Nadie lo sabe con seguridad, aunque algunos expertos sospechan que sí lo haría. "Si, definitivamente," dice Jeremy Nathans, pionero en la investigación de la visión del color en la Facultad de Medicina de Johns Hopkins. Una razón para pensar así es la enorme plasticidad cerebral en otros aspectos. La gente con habilidades especiales -músicos, poliglotas, sordos que aprenden el lenguaje de signos- con frecuencia muestra patrones cerebrales característicos.Sin embargo, el Dr. Nathans cree también que para una tetracromía plena, el cuarto fotopigmento no debe tener su pico de sensibilidad demasiado cerca de los de los pigmentos rojo o verde normales. Esa es la clave, y el sospecha que la mayor parte de las hembras tetracrómatas tendrían solamente una visión de color ligeramente superior, ya que la genética indica que el cuarto fotopigmento estaría casi siempre muy cerca del rojo o verde normales. De vez en cuando, sin embargo, un fotopigmento extraño puede aparecer, bien diferenciado del rojo y el verde. "La genética no lo descarta", indica Nathans. "Sería un acontecimiento raro. Pero, ¿quien puede decir que no ha sucedido?. Hay un montón de gente por el mundo".Esa idea encuentra apoyo en los descubrimientos recientes sobre la genética de la visión del color, muchos del equipo de Neitz. Esos descubrimientos han mostrado que los mecanismos genéticos que subyacen a la visión del color son enormemente variables, incluso dentro del estrecho rango que se considera "normal". "La variabilidad en los genes de fotopigmentos en gente con visión del color normal es enorme", informa Neitz. "Enorme".¿Habría alguna ventaja práctica en la tetracromía?. La Dra. Jordan menciona que una madre podría identificar la palidez o la irritación, y por ello la enfermedad, mas fácilmente en sus hijos. La Sra. M. Declara que ella siempre ha sido capaz de recordar ligeros matices de colores de memoria, y por ejemplo comprar un bolso del mismo color que unos zapatos a los que no ha mirado en meses. Y los ordenadores e Internet son un mundo de posibilidades. Del mismo modo que un tricrómata supera fácilmente a un dicrómata en Internet, un tetracrómata que utilizase un monitor especial basado en cuatro colores primarios en lugar de los tres habituales, podría teóricamente asimilar información mas eficientemente que el resto de nosotros.Si Neitz y Jordan encuentran finalmente a Madam Tetracrómata, el descubrimiento confirmará que el sistema nervioso humano puede manejar la visión en cuatro canales. Y esa confirmación podría abrir la posibilidad de que, en un par de décadas, la terapia genética hiciese de la tetracromacia una simple opción de la lista que los padres adinerados pudiesen escoger al "diseñar" a sus hijas.No será posible con los chicos, no por algún tiempo. Así que mientras ejercitamos la imaginación un poco mas aún, podemos fantasear con que en unas pocas décadas el hombre y la mujer aún verán el mundo de modo diferente. Pero puede que no de modo figurado.

Fuentes: http://digital.el-esceptico.org/leer.php?id=1218&autor=461&tema=16

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