domingo, 18 de abril de 2010

Colores sagrados


En todo el mundo todos estaban luchando por conseguir colores interesantes. La verdad es que los colores formaban parte de la religión, porque decían que su numero es el mismo que el de los planetas que nos rodean. Esto lo impusieron en la Antigua Mesopotamia, la tierra de Caldea, que luego se exportó a Grecia y lo heredó Europa en el Renacimiento. Y si uno cree que su destino lo marcan las estrellas y los planetas , más vale que recuerde bajo qué color nació. En la India adoraban los colores porque decían que el arco iris era una conexión entre los dioses y los humanos .Lo mismo hicieron los Chinos con el I Ching el Yin Yang, ordenando los colores como puntos cardinales y como los cuatro elementos .Hindues y Budistas organizaron los colores en los libros de los Vedas en el 2000 antes de Cristo . Los hebreos hicieron lo propio en la Kábbala . En el Islam, por ejemplo, el Corán dice que la luz es una manifestación de Aláh que nos regala el “ rang” ( “ color”) , un regalo que trae brillo, belleza , pureza , grandeza, poder y beneficio. El Islam organiza los colores de acuerdo a su simbolismo, siendo los principales el blanco, el negro y el sándalo. Pero el color del Islam es el verde, el color del jardín del Paraíso.


Cuando en el siglo I Plinio El Viejo contaba que se usaba el hidróxido de sodio para extraer tintes naturales de las plantas , los griegos ya hacía rato que estaban pintando sus templos de cuatro colores. El pintor Apeles cobraba renombre internacional ( aunque no se sabe cómo pintaba ) y sus colegas descubrían que las uvas en un plato de cobre dejaban un oxido verde muy útil para pintar de verde. Del otro lado del mar, los egipcios pintaban sus sarcófagos con lapislázuli molido, los árabes coloreaban sus azulejos con tintes iridiscentes y en Venecia se hacía vidrio de color mezclando arena con sales de cobalto para el vidrio azul, de cobre para el vidrio verde, de hierro para el amarillo y sales de manganeso para el púrpura. Alrededor del siglo XIII se pusieron de moda los libros de secretos de famosos alquimistas. Uno de los más famosos fue el libro de Cennino Cennini,quien en 1390 describió cómo hacer colores y cómo aplicarlos. Leonardo da Vinci no se privó de escribir uno. Pero como sucede hoy con todo libro acerca de “Mis secretos de cocina “ o “ Cómo hacerse rico”, los autores daban falsas pistas y nunca daban las proporciones justas ni los ingredientes claves , cosa de que nadie les robara el secreto para pintar cuadros de colores eternos. Mientras tanto los cuadros de la competencia se corroían y desteñían, para desesperación del artista y mayor desesperación de quien había gastado un dineral al adquirirlo.


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